Más allá de la idea general que todos tenemos de lo que es ser “narcisista”… ¿realmente les reconocemos cuando les tenemos delante?
Me dirán que un narcisista es alguien encantado de haberse conocido, enamorado de sí mismo, y que se cree superior a todos los demás, y yo les responderé: sí, aparentemente. Pero ni es tan simple, ni es tan obvio. Un narcisista es alguien con una dedicación desmesurada a la imagen, en detrimento del YO, que le preocupa más su apariencia que sus sentimientos, los cuales no aceptará si no concuerdan con la imagen que desea transmitir. Actúan con frialdad, calculando cómo ser seductores y manipulando para conseguir poder y control. Están muy centrados en sus propios intereses y no le dan ninguna importancia a los valores personales o morales. Y la consecuencia de no tener un sentido del YO sólido, es que la vida les parece vacía y carente de significado. Viven en un estado de desolación.
Si este trastorno de la personalidad lo extrapolamos a la sociedad, ¿qué encontramos? Algo así como una cultura que da la espalda a los valores humanos, que sacrifica y destruye su entorno natural en pro de producir a destajo, en la que el dinero vale más que el tiempo y las cosas más que las personas (nunca tenemos tiempo porque hay que trabajar más para poder tener más). Citando a Lowen (2000): “cuando la riqueza material está por encima de la humana, la notoriedad despierta más admiración que la dignidad y el éxito es más importante que el respeto a uno mismo, entonces la propia cultura está sobrevalorando la imagen, y hay que considerarla NARCISISTA”.
¿Te parece ya que estamos en una sociedad narcisista? Que cada uno saque sus conclusiones.
Aporto otra pregunta a la reflexión: ¿Por qué cada vez parece haber más personas con un rendimiento muy alto en su vida profesional, social, sexual… que sin embargo sufren de depresión, ansiedad, o se quejan de sensación de vacío y falta de realización personal?
Añado otro dato: si un rasgo básico que distingue a la personalidad narcisista es la excesiva dependencia de la admiración y aclamación externas… ¿no es esto perfectamente extrapolable a los muchos lugares de la red que utilizamos constantemente para exhibirnos, para que nos salgan seguidores, para que me den un “me gusta”, para que se vea lo bien que me lo paso, y los muchos amigos que tengo?
Sí, queridos, mucho me temo que hemos involucionado en una sociedad un tanto narcisista, capaz de contaminar su propio aire, agua y tierra en aras de tener un “nivel de vida más alto”, que actúa con la frialdad emocional de quien colocó “preferentes” en los bancos robando así los ahorros de toda una vida de personas mayores; que compra 400 entradas de tu cantante favorito para que tú te quedes sin ella a su precio normal y hayas de pagar una fortuna en la reventa; que trafica con seres humanos y los explota sexualmente, que deja morir a enfermos de hepatitis C aun teniendo la medicación si no saca tajada económica de la enfermedad…
No quiero extenderme en la lista de todas las conductas narcisistas, muchas de ellas incluso psicopáticas, en las que ha caído la sociedad en la que vivimos, porque todos tenemos nuestros propios ejemplos en la cabeza y porque no quiero acabar ningún artículo con sabor amargo y a desesperanza. Muy al contrario, aprovecho para felicitar a todos esos individuos que, aún dentro de esta sociedad loca y narcisista, salieron a la calle para defender y ayudar desinteresadamente a las personas que se quedaban sin hogar, a los que se dejan la piel en el mar rescatando pateras a la deriva, a los que fueron a recoger chapapote, a los que donan sangre, plaquetas, médula…, y a los que cuidan de sus viejitos y les dan un lugar digno a pesar de que ya no sean productivos. Para todos ellos seguro habrá una ninfa Eco que, en vez de morir de dolor al verse rechazada por Narciso, les devuelva tanta humanidad y afecto como ellos supieron dar a otros.
Bibliografía:
Lowen, A. (2014). El narcisismo: la enfermedad de nuestro tiempo. Grupo Planeta (GBS).
Me “like” mucho, aunque espero que ello no contribuya a hinchar tu ego hasta extremos insostenibles…. 🙂
Un texto con muchas verdades. Mejor nos quedamos con el último párrafo: muy bonito y humanizante.
Por ponerle un poco de humor a tanta tontería narcisista: Se va a volver a poner de moda el juego del yo-yo