Prima hermana de la hipocondría, la padecen aquellos que se quejan crónica y persistentemente de síntomas físicos que no tienen un origen fisiológico identificable. Una explicación etiológica común es que ciertos conflictos psicológicos internos son expresados como signos físicos o, dicho con otras palabras, es la forma que el cuerpo encuentra para quejarse del estrés o preocupación a la que se ve sometida su mente. Estas personas, por lo general, visitarán muchos médicos intentando obtener un tratamiento o una explicación a sus dolencias. Y a menudo, entran en un ciclo hipocondriaco al atribuir a estas molestias o dolores un origen patológico.
Se estima que más de un 30% de las consultas en Atención Primaria son de pacientes con síntomas somáticos sin una explicación clínica definida. Algunos presentan síntomas ocasionales, pero otros los padecen crónicamente, y representan la expresión de dificultades emocionales que resumen complejas interacciones psicológicas, vitales, familiares y sociales.
El Trastorno de Síntomas Somáticos generalmente comienza antes de los 30 años, y es más frecuente en mujeres que en hombres. Influido por factores de vulnerabilidad como tener una personalidad o perspectivas negativas, ser más sensible física y emocionalmente al dolor, antecedentes familiares o educacionales…