La obesidad infantil constituye uno de los problemas de salud pública más importantes de nuestra sociedad. Su incidencia está aumentando alarmantemente y tiende a perpetuarse en la adolescencia y en la vida adulta. Además, es un factor de riesgo para el desarrollo de posteriores complicaciones ortopédicas, respiratorias, cardiovasculares, digestivas, dermatológicas, neurológicas, endocrinas, ciertas formas de cáncer y en general una menor esperanza de vida.
A nivel afectivo, los niños obesos tienen una pobre imagen de sí mismos y expresan sensaciones de inferioridad y rechazo. El acoso del que a veces son víctimas, dificulta su desarrollo social y psicológico.
Para hacer frente a esta problemática impartimos una formación que combina la modificación de la conducta alimentaria, la motivación a la realización de actividad física y el soporte emocional, los tres pilares fundamentales en todo tratamiento de la obesidad, sin olvidarnos del entorno familiar, importantísimo en esta etapa de sus vidas y nicho en el que se han de fraguar los buenos hábitos alimenticios.